El mejor corredor del mundo y la percepción de esfuerzo

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El mejor corredor del mundo y la percepción del esfuerzo.
En la entrada anterior vimos cómo utilizar la escala de Borg en el entrenamiento; el tema de la percepción del esfuerzo, pienso que es lo que te lleva al siguiente nivel, te pongo en contexto.
Un día estábamos en un entrenamiento de pista; yo no estaba corriendo, mis mejores días ya habían pasado para eso, así que solo mis corredores estaban dando todo.
Era un entrenamiento de 400 metros a un tiempo de 1 minuto 20 segundos, recuerdo muy bien ese día, porque hicimos una apuesta.
Mi corredor marcaba 1 minuto 15 segundos, 1 minuto 22 segundos, arriba abajo, pero nunca el 1 con
20.
Él fácilmente tenía la capacidad máxima de correr en 53 segundos esa vuelta, pero no se trataba de morir en el proceso, sino de adaptarse, así que era vital que la distancia de 400 metros fuera al tiempo
marcado, cada vuelta era una frustración para él, no podía, se esforzaba mucho y no, no salía.
Le explicaba:
“Para saber el ritmo que llevas sin ver tu reloj, necesitas conocer la amplitud y la frecuencia de tu zancada.”
- Amplitud de zancada: desde que tu pie deja de tocar el suelo hasta que tu otro pie toca el suelo.
-Frecuencia de zancada: que tan rápido mueves las piernas. (Así de práctico).
- Si en esta vuelta marcaste en 1 minuto 22 segundos, ¿qué debes variar, tu frecuencia o tu amplitud?
Entonces a pesar de que tenía puestos mis tenis de entrenador y mi pantalón de entrenador, le dije “te voy a ayudar, vas a correr a un lado de mío o detrás, solo necesito que me digas en cuánto tiempo hacemos el primer 100 (100 metros), pero, si lo terminamos a 1 minuto 20 segundos, soy el mejor corredor del mundo, ¿de acuerdo?”
Al llegar a la meta solo se escuchó el grito de mi alumno, un estridente grito de un ¡¡¡¡¡ NOOOOOOO!!!!! “1 minuto 20 segundos”, fue cuando me convertí en el mejor corredor del mundo (risas).
Si quieres ser el mejor corredor del mundo como yo, aprovecha de percepción del esfuerzo que nos da la escala de Borg es probar y equivocarte mucho, espero que poco, pero generalmente es mucho, y en el momento que menos esperas, lograrás un entrenamiento muy parejo, de calidad y sin ese desgaste sin propósito.